En la sociedad actual, las redes sociales y las plataformas se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana: cómo nos informamos, cómo nos relacionamos y cómo nos percibimos a nosotros mismos y a los demás. Pero esos espacios no son neutrales: las relaciones de poder, los estereotipos y la desinformación aparecen de forma constante, y a menudo afectan a nuestra autoestima, nuestras relaciones y la convivencia.
El objetivo de este proyecto es analizar el impacto de los contenidos digitales desde una perspectiva crítica y social:
- Las fake news, la IA y los deepfakes han facilitado la creación y difusión de contenidos falsos y manipulados. Esto pone en duda la información fiable, debilita la confianza social y genera nuevos riesgos para la convivencia.
- Cómo los memes políticos y la desinformación pueden utilizarse para menospreciar a personas o grupos.
- Cómo la masculinidad tóxica y las noticias polarizadoras normalizan la violencia y la división social.
- Por un lado, los influencers de fitness, los filtros y los retos virales, y por otro, el estilo de vida aspiracional, y cómo generan problemas de autoestima y presión social.
- Cómo la cancel culture o el linchamiento digital se convierte a veces en una herramienta de justicia social y en otras en acoso colectivo.
- Cómo la gamificación tóxica y los streamers pueden fomentar la competencia poco saludable y el maltrato en las comunidades.
Con los estudiantes, se trabajarán estos temas de forma activa: utilizando expresiones, ejercicios, reflexiones y ejemplos reales. El objetivo no es solo identificar riesgos, sino también crear herramientas para construir una convivencia digital y social más saludable.
Para ello, tendremos tres ejes principales:
- Crítica y pensamiento autónomo → poner en duda la información y los contenidos, y verificar las fuentes.
- Respeto y convivencia → relacionarse con los demás de manera digna y responsable, tanto en línea como fuera de ella.
- Derechos humanos → defender la dignidad, la libertad y la seguridad de todas las personas también en las redes sociales.
En definitiva, este proyecto ofrece a los estudiantes la oportunidad de ser participantes activos y críticos, y de contribuir a construir una convivencia democrática e inclusiva en los entornos digitales.